sábado, 7 de septiembre de 2013

¿Sabías que una Catedral Londinense debe su existencia a la avaricia de un barquero?



     Cuenta la leyenda que antes de la construcción del puente de Londres, en el siglo X, existía un ferry que transportaba pasajeros a través del río Támesis. Este fue un lucrativo negocio. John Overs, dueño del negocio, se hizo de una pequeña fortuna, y fue capaz de adquirir una gran finca en la orilla sur del río.


   
    John Overs, un ilustre avaro, ideó un plan para ahorrar dinero, fingir su propia muerte. Creyó que su familia y sirvientes por pena y respeto  ayunarían, ahorrándose así las provisiones de un día. Sin embargo, cuando se llevó a cabo el plan, los sirvientes estaban tan contentos con su muerte que comenzaron a festejar, comiendo y bebiendo. Ante tal despilfarro, el anciano no pudo sino saltar de la cama ciego de rabia, para horror de sus sirvientes, que pensaron que el Diablo se apoderaba del cuerpo sin vida de su señor. Uno de ellos cogió un remo roto y pensando matar al mismísimo “Diablo”, en realidad acabó con la vida del avaro barquero.


   Mary, hija del barquero, angustiada mandó llamar a su prometido, quien al dirigirse a toda prisa a reclamar la herencia, se cayó del caballo y se rompió el cuello. Abrumada por tantas desgracias, Mary dedicó la herencia a la fundación de un convento en el que se retiró.

   
   Este se convirtió en el convento de St Mary Overie, al hacerla santa la iglesia debido a su gran caridad. Durante la Reforma, la iglesia de St Mary Overie fue renombrado como Iglesia de San Salvador, y en 1905 se convirtió en la Catedral de Southwark y la colegiata de San Salvador y St Mary Overie.



                                   "La avaricia rompe el saco"...