jueves, 19 de junio de 2014

¿Sabías que el símbolo de Chanel está presente en las farolas de Londres?

Aunque cada vez más gente piensa que esto es cierto, contradiciendo a Vladimir Lenin, les diré que una mentira dicha mil veces NO se convierte en verdad.


La leyenda nos cuenta que la diseñadora francesa Grabielle Bonheur Chanel, más conocida como Coco Chanel, fue amante de Hugh Richard Arthur Grosvenor, 2º Duque de Westminster, del que se decía que era el hombre más rico de Europa. Y que el Duque estampó dos ces cruzadas, símbolo de su amada, junto a la W, inicial de su título, en todas las farolas del centro de Londres para demostrarle a ella su amor.
Finalmente la historia termina con la separación de la pareja tras el rechazo de Chanel a la propuesta de matrimonio del Duque de Westminster, a pesar de tan bello gesto. Pronunciando ella la célebre frase: “Ha habido muchas Duquesas de Westminster, pero solo una Coco Chanel”.

No se puede negar que es una bonita historia, y además está basada en hechos reales. Es cierto que en 1925 Coco Chanel y el Duque comienzan un romance, y que dicho romance terminó a los 10 años.
Pero la verdad de las farolas de Chanel es, por desgracia, mucho menos romántica. De hecho la propia Chanel negó haber dicho las palabras que supuestamente terminaron su relación, considerándolas demasiado vulgares y diciendo: "El Duque se hubiera reído en mi cara." Así que si el emblemático logotipo no es un homenaje a Coco Chanel, ¿qué es?

Las fechas no cuadran. Si la relación entre Coco Chanel y el Duque acabó a mediados de los años 30 ¿por qué las farolas con sus iniciales tardaron veinte años más en iluminar la ciudad? No fue hasta la década de los cincuenta,  cuando estas lámparas pasaron a formar parte del mobiliario urbano.


Desde las oficinas de Westminster, dan la versión real y mucho menos romántica de la historia. W y CC, no son el Duque de Westminister y Coco Chanel, sino las iniciales del órgano municipal Westminster City Council, es decir, Ayuntamiento de la Ciudad de Westminster. Martin Low, concejal de Transporte de Westminster, comentó a la prensa inglesa: “De vez en cuando recibimos llamadas de la prensa especializada en moda preguntando si la historia es cierta. Es una bella idea, pero no”. Todo hermosas coincidencias que han dado vida a una de las leyendas más románticas de Londres.