Aunque cada vez
más gente piensa que esto es cierto, contradiciendo a Vladimir Lenin, les diré
que una mentira dicha mil veces NO se convierte en verdad.
La leyenda nos
cuenta que la diseñadora francesa Grabielle Bonheur Chanel, más conocida como
Coco Chanel, fue amante de Hugh Richard Arthur Grosvenor, 2º Duque de Westminster,
del que se decía que era el hombre más rico de Europa. Y que el Duque estampó dos
ces cruzadas, símbolo de su amada, junto a la W, inicial de su título, en todas
las farolas del centro de Londres para demostrarle a ella su amor.
Finalmente la
historia termina con la separación de la pareja tras el rechazo de Chanel a la propuesta
de matrimonio del Duque de Westminster, a pesar de tan bello gesto. Pronunciando
ella la célebre frase: “Ha habido muchas Duquesas de Westminster, pero solo una
Coco Chanel”.
No se puede negar
que es una bonita historia, y además está basada en hechos reales. Es cierto
que en 1925 Coco Chanel y el Duque comienzan un romance, y que dicho romance
terminó a los 10 años.
Pero la verdad de
las farolas de Chanel es, por desgracia, mucho menos romántica. De hecho la
propia Chanel negó haber dicho las palabras que supuestamente terminaron su
relación, considerándolas demasiado vulgares y diciendo: "El Duque se
hubiera reído en mi cara." Así que si el emblemático logotipo no es un
homenaje a Coco Chanel, ¿qué es?
Las fechas no
cuadran. Si la relación entre Coco Chanel y el Duque acabó a mediados de los
años 30 ¿por qué las farolas con sus iniciales tardaron veinte años más en
iluminar la ciudad? No fue hasta la década de los cincuenta, cuando estas lámparas pasaron a formar parte
del mobiliario urbano.
Desde las
oficinas de Westminster, dan la versión real y mucho menos romántica de la
historia. W y CC, no son el Duque de Westminister y Coco Chanel, sino las
iniciales del órgano municipal Westminster City Council, es decir, Ayuntamiento
de la Ciudad de Westminster. Martin Low, concejal de Transporte de Westminster,
comentó a la prensa inglesa: “De vez en cuando recibimos llamadas de la prensa
especializada en moda preguntando si la historia es cierta. Es una bella idea,
pero no”. Todo hermosas coincidencias que han dado vida a una de las leyendas
más románticas de Londres.